Proceso de la Conquista Española en el Perú (5/9)

 Una desventaja: la escritura

Nueva Corónica y Buen Gobierno atribuido a Guaman Poma de Ayala

Cuando los españoles vinieron al Perú, trajeron la escritura, la palabra que era impresa a medida que se dictaba, con los rápidos y ágiles trazos de la pluma y la tinta que secaba, a medida que se agotaba para recargarla en el pocillo o tintero. 

Pero quien domina la escritura, domina la parcialidad de los hechos bajo su propio interés, es decir, contados a su manera. Son ellos quienes escriben la “versión de los vencedores”. No es novedad que entre los historiadores peruanos, muchos quieran cuidar y perpetuar la versión de los “vencedores” y no escuchar o hacer caso omiso de la versión de los “vencidos”. Pero eso no se ve a simple vista, con la escritura se puede ser malicioso con juicios contrarios entre líneas, es la manipulación de las sutilezas, dependiendo de quien escribe la historia. [26] 

La censura es otro arte para eliminar o tachar todo aquello que no corresponda a la “versión oficial” de los hechos. No sería extraño que un rey ordene censurar o eliminar documentos que estén en su contra, mucho menos sería extraño que un virrey también lo haga, sea para limpiar su propia imagen, acallar asuntos incómodos que sucedieron durante su gestión y no informarlos respectivamente al rey de la Corona española.  

Cuando hubo la extirpación de idolatrías, mucha información se perdió en este proceso de la conquista. Hubo quipus que se quemaron y evidencias de proto-escrituras desaparecidas, que hoy en día hubieran ayudado a entender bastante sobre el pensamiento y la visión inca, desde una apreciación antropológica y etnológica.

Pero al menos quedó la cultura oral, que se transmitió de generación en generación, deformándose con el tiempo. Muchas crónicas, posteriores a la fecha de la captura de Atahuallpa, especialmente las redactadas por los curas (sean mercedarios, franciscanos, agustinianos o jesuitas), tuvieron como fuentes a informantes en su expresión oral. Pero lo narrado oralmente, para transcribirlo, tiene sus límites, ya que hay cierta pérdida de la información en el proceso del dictado para convertirlo de puño y letra, como suele suceder con los nombres y conceptos de otro idioma.

Los que son traductores, saben muy bien cuánta información se pierde al  trasladar de un idioma a otro, sobre todo si las metáforas en un idioma no se adaptan o se deben ajustar al otro, en especial si se trata de un poema o un ensayo, perdiendo así un poco el sentido del texto original. Eso ha sucedido bastante cuando se traducía del quechua al español los relatos, leyendas o pasajes históricos de los incas.   

Por otro lado, con el pasar de los años apareció, en España, la figura del  primer peruano escritor, llamado Inca Garcilaso de la Vega, quien remontándose a los recuerdos de sus ancestros, y de paso apoyándose en los manuscritos de un cura jesuita, llamado Blas Valera, escribió parcialmente la versión de los vencidos, que tuvo dos partes y se tituló “Los Comentarios Reales”.

Por esa época, en el Perú, también se escribió de forma clandestina, una carta que iba a ser dirigida al rey de España, que explicaba gran parte de la historia de los Incas, su forma de gobierno y política, los estragos y destrozos cometidos por los conquistadores y una crítica social contra ellos. Mas que una carta, terminó siendo un mamotreto de más de mil páginas, acompañado de varios e inquietantes dibujos, que hoy por hoy lo conocemos como la “Nueva Corónica y Buen Gobierno” de Felipe Guaman Poma de Ayala. 

Pero este documento se salvó de la censura, pudo ser sacado del continente americano, y por cuitas del destino, terminó refugiado en una biblioteca de Copenhague, en Dinamarca. Recién a inicios del siglo XX se supo de su existencia. Hay versiones facsimilares (copias) de esta obra, que llama bastante la atención por la creatividad de los dibujos que ilustran gran parte del pasado histórico, mostrando así la versión “de los vencidos” como debiera ser. 

Como los años pasan, y las investigaciones sobre la Historia siguen su curso, pasaremos a un tema interesante y por demás polémico. 


Nota: 

26. En el prólogo de “Perú: Hombre e Historia, Entre el siglo XVI y el XVIII”, T. II, del historiador Franklin Pease: «… donde la historia parece convertirse en los últimos tiempos en un saber esotérico, ahuyentando incluso de la enseñanza escolar, donde desde la década de 1970 se la enmascaró en marbetes genéricos que permitían y permitieron groseras manipulaciones ideológicas. Paralelamente, la crisis de la escuela secundaria hizo más profunda la deficiencia de la enseñanza de la historia…».

Comentarios