Proceso de la Conquista Española en el Perú (8/9)

El final de un imperio


Muerte de Huáscar, arrojado a un río desde
un precipicio por orden de Atahuallpa. 

El escritor Alejandro Barco apunta lo siguiente a raíz de la captura del Inca Atahuallpa: 


«Ironías del destino: en aquel mismo día en que Atao Huallpa caía prisionero y vejado por los súbditos de Carlos V de España, también en Cotapampa caía prisionero, mediante una celada, el Inca Huáscar. Caía en poder de Quis Quis y de Callcuchíma, famosos generales de Atao Huallpa. Y se dice que al recibir la noticia de la captura de Huáscar, el usurpador Atao Huallpa, estando ya prisionero, dijo: “Que se reía de la variedad del Mundo, pues en un día se hallaba vencido y vencedor.”» [50] 


Mientras era cautivo de los españoles, Atahuallpa había logrado apresar a su hermano Huáscar. En el mes de junio de 1533, ordena matar a Huáscar, a escondidas de Pizarro. A los dos meses, Atahuallpa era sometido bajo la condena del garrote vil.   


Un final inquietante 

Como es sabido, el culto a las huacas se mantuvo en secreto, luego que los españoles profanaran las huacas de Pachacámac, Rímac, y la considerada un sancta sanctorum, el Coricancha, el cual se requería todo un año de preparación, con ayunos y ejercicios de pureza del cuerpo y espiritualidad,  para poder entrar. Alejandro Barco apunta un episodio relacionado con Francisco Pizarro: 


«El mismo Pedro Pizarro refiere también que a un vecino de Cusco llamado Gregorio Setiel, que estando en sus indios, le dijo su cacique: "Hágote saber que han de matar los de Chile al Apu Machu, que así llamaban los indios al Gobernador Pizarro. Pues preguntándole éste (Setiel) a su cacique ¿Cómo lo sabía? respondióle: "mi huaca me lo ha dicho". Huaca llaman éstos a donde el demonio les habla. Respondióle su amo: "Anda que mientes". Díjole el indio: "Si quieres ven conmigo a mi huaca y verás como lo dice". Pues este vecino fue con su cacique al lugar donde estaba la huaca, y hablando con ella le dijo: "Tú me dijiste que han de matar al Apu Machu, dilo delante de mi amo". Decía este vecino que había oído que respondió al indio: "Es verdad, yo te lo dije que los han de matar". Pues quedó espantado este hombre y escribió al Marqués lo que había oído". 

El Marqués Francisco Pizarro, no hizo caso a esa ni a ninguna otra advertencia sobre su muerte. Y la predicción de aquella huaca se cumplió el 26 de junio de 1541.» [51]


La gracia de ser Gobernador no le duró mucho tiempo a Pizarro. Entre 1532 y 1533 recorre el Perú para ir desestabilizando el imperio Inca, estableciendo alianzas con la familia del Inca fallecido, Huáscar. Funda la Ciudad de los Reyes, en Lima. Su hermano que va a España, le trae de vuelta el título de marqués otorgado por el Rey, pero es un título de marqués sin marquesado, el cual se haría conocido como “Marqués de la Conquista”. Pese a que varias veces recibió advertencias sobre su muerte, Pizarro no creía en esas supersticiones. Sin embargo, los almagristas le dieron muerte, cerca de donde hoy en día se ubica el Jirón de la Unión, de una estocada al cuello. 


Muerte de Francisco Pizarro.


Notas: 

50. BARCO LOPEZ, J. Alejandro, Los tesoros de Pachacámac y Catalina Huanca, p. 252.

51. BARCO LOPEZ, J. Alejandro, Ob. Cit., Segunda Parte, IV. El Concilio de los Sacerdotes-Amautas, pp. 308-309.


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